dolor espalda – Hidroxil

Todo lo que necesitas saber sobre el dolor de espalda

En la actualidad, el dolor de espalda constituye el principal problema de salud crónico en nuestro país. A pesar de ser un trastorno benigno, genera a menudo gran incapacidad y numerosas bajas laborales y se debe a multitud de posibles causas. Veamos a continuación en qué consiste este trastorno, los tipos de dolor de espalda según la región y sus principales causas.

 

Qué es el dolor de espalda y a cuánta gente afecta

Podemos definir el dolor de espalda como un trastorno generalmente benigno y autolimitado (se resuelve espontáneamente con el tiempo) que afecta a la región posterior de nuestro tronco, pudiendo además extenderse a otras regiones si existe afectación de los nervios. Según la duración del dolor, este se puede dividir en:

  • Agudo: el dolor dura menos de 6 semanas.

  • Subagudo: el dolor dura entre 6 semanas y 3 meses.

  • Crónico: el dolor se prolonga durante más de 3 meses o más de 3 crisis dolorosas por año.

  • Recurrente: el dolor se produce en forma de episodios agudos separados por períodos en los que la persona no tiene síntomas dolorosos.

La presencia de dolor de espalda entre la población española es evidente: actualmente se puede decir que cerca de un 19% de la población sufre de esta dolencia, afectando a entre un 80-90% de la población al menos una vez a lo largo de su vida, aumentando con la edad (con un pico entre los 45 y 59 años) y predominando sobre todo en mujeres. El origen del dolor suele ser en su mayoría un problema osteoarticular (alrededor del 40% de los casos) o relacionado con factores profesionales o laborales (cerca del 20% de los casos).

 

Esta elevada prevalencia se traduce también en un gran volumen de consultas al médico de atención primaria, constituyendo el segundo motivo global de consulta tras las enfermedades respiratorias. La zona lumbar es la región de la espalda más frecuentemente afectada (hasta un 70% de los casos).

Por todo ello, el dolor de espalda constituye en nuestra sociedad un motivo de pérdida de calidad de vida, de absentismo y de bajas laborales, con las consecuentes implicaciones económicas. Así, se estima que los gastos laborales y sanitarios secundarios a esta dolencia podrían rondar los tres millones de euros al año.

Tipos de dolor de espalda

Además de por su localización anatómica, el dolor de espalda se puede clasificar en tres tipos, en función de sus características y síntomas principales. Así, hablamos de:

Dolor mecánico

Es el más frecuente de los tres, y se caracteriza por aparecer o agravarse con los movimientos y disminuir con el reposo. Suele remitir de forma espontánea al cabo de unos días y su causa es inespecífica. Afortunadamente, es el que mejor responde al tratamiento farmacológico.

Dolor inflamatorio

Sus características son contrarias a las del dolor mecánico, es decir, no cede con el reposo o incluso empeora con el descanso nocturno y puede aliviarse con el movimiento. Suele aparecer asociado a afecciones viscerales o reumáticas.

Dolor neuropático

Es un tipo de dolor de espalda relacionado con lesiones en los nervios y su inervación en el cuerpo. La lesión de una raíz nerviosa puede generar hormigueos o sensación de quemazón de la zona afectada, que se extenderá por el trayecto del nervio. El dolor neuropático no cede con el reposo.

Así, cerca del 90% de los dolores de espalda tendrán una causa de origen mecánico, serán leves y de buen pronóstico. Los dolores de tipo inflamatorio aparecen más frecuentemente en personas jóvenes, menores de 40 años y suelen ser de carácter crónico.

 

Principales causas de dolor de espalda

Las causas más frecuentes de dolor de espalda se localizarán en alteraciones de las diferentes estructuras anatómicas de la columna vertebral, relacionadas con el sistema nervioso en la zona (médula espinal y nervios) o con lesiones musculo-esqueléticas (músculos, ligamentos y articulaciones). Estos posibles orígenes serán más o menos frecuentes en función de la región de la espalda afectada (cervical, dorsal o lumbar) debido a las características anatómicas concretas de cada zona.

En algunas ocasiones el origen del estímulo doloroso no estará en la espalda, sino que estará localizado en otra región anatómica: hablaremos entonces de dolor de espalda referido. Por último, encontraremos casos donde no veremos una causa clara, y hablaremos así de dolor de espalda idiopático, esto es, no atribuible a una patología concreta o reconocible.

Causas mecánicas:

Serán abundantes las sobrecargas y contracturas musculares, la falta de tono muscular, los esguinces o las hernias discales (lesión de los discos intervertebrales de la columna).

Causas orgánicas:

Debido a enfermedades que afectan a más zonas del cuerpo, podemos destacar los desplazamientos vertebrales congénitos (espondilólisis o espondilolistesis), las deformidades o malformaciones de la columna, los trastornos reumáticos o por traumatismos, la artritis, así como enfermedades más graves como estenosis (estrechamiento) del canal medular, tumores óseos, leucemia o diferentes grados de osteoporosis vertebral.

Dolor de espalda referido:

Debidos a enfermedades cardíacas y vasculares (como el infarto o los aneurismas), digestivas (como la esofagitis, la úlcera gástrica o los problemas pancreáticos o de la vesícula biliar) o incluso respiratorias y urológicas.

Dolor de espalda por patologías infecciosas:

Aunque menos frecuentes pueden llegar a ser muy graves, destacando causas como la meningitis o el herpes zóster.

Dolor cervical

La cervicalgia o dolor cervical es un trastorno que afecta a la región de cuello, y que puede extenderse a hombros, brazos y parte media de la espalda. Se estima que afecta a un 10% de la población actualmente y que hasta un 30-40% de esta lo padecerá en algún momento de su vida. La causa más frecuente de dolor cervical es la llamada tortícolis, causada por una contractura de la musculatura que rodea la columna vertebral, así como del músculo trapecio o del esternocleidomastoideo. El tortícolis es un dolor mecánico, agudo, reproducible al palpar la zona afectada y consecuencia de un movimiento brusco o forzado. De forma análoga pero más intensa son frecuentes los latigazos cervicales, secundarios mayoritariamente a movimientos bruscos tras un accidente de tráfico.
Por otro lado, son causas frecuentes de cuadros leves de cervicalgia las malas posturas a lo largo del día o el estrés, que pueden acompañarse de dolores leves de cabeza y que mejoran con reposo y analgesia. Si el dolor se extiende por los brazos suele dejar ver la afectación de una raíz nerviosa, muy posiblemente por el pinzamiento de un disco intervertebral cervical, y puede afectar de forma secundaria a la musculatura de la zona. Por último, los dolores cervicales pueden desarrollarse progresivamente con la edad por cuadros de artrosis cervical, enfermedades globales como la artritis reumatoide o infecciones.

Dolor dorsal

De menor frecuencia que otros dolores de espalda, la dorsalgia o dolor dorsal de tipo mecánico suele deberse a malas posturas o sobreesfuerzo de la espalda y aparecer con los movimientos, generando una moderada limitación funcional de la zona. Si el dolor se extiende por la zona de la costilla puede sugerir una lesión de una raíz nerviosa, y la limitación de los movimientos será aún mayor, generando molestias con la propia respiración. Por último, el dolor dorsal muy frecuentemente se debe a causas viscerales, cuyo origen serán los órganos de nuestro cuerpo. De estas, es frecuente la dorsalgia aguda por causas cardíacas como el infarto, vasculares como los aneurismas, o digestivas como la úlcera gástrica o el reflujo gastroesofágico.

Dolor lumbar

La lumbalgia o dolor lumbar es el tipo de dolor de espalda más frecuente, afectando hasta a un 80% de la población al menos una vez en su vida y siendo causa de numerosas bajas laborales y limitaciones sociales. Entre las personas menores de 40 años predominan las causas mecánicas como las contracturas, los sobreesfuerzos, las malas posturas o las lesiones deportivas.
Cuando el dolor se extiende por las extremidades inferiores (generalmente de forma unilateral), debemos pensar en la afectación de alguna raíz nerviosa. En esta zona son muy frecuentes las lesiones y compresiones nerviosas por hernias discales, como la del nervio ciático, que da nombre al trastorno llamado ciática y que afecta también a la musculatura de la zona glútea.

Según se avanza en edad, son bastante frecuentes los procesos degenerativos de las estructuras anatómicas, tanto de los discos intervertebrales como de las propias vértebras, dando origen a patologías como la artrosis o la osteoporosis. Estos trastornos pueden generar dolor por sí mismos, o bien causar cuadros de excesiva tensión muscular por desestabilización de la columna, provocando dolor lumbar.

Por último, será importante en esta región descartar procesos digestivos, ginecológicos o renales cuando las características del dolor lumbar no se ajusten a los síntomas mecánicos, obligando a realizar pruebas diagnósticas complementarias para encontrar la causa del dolor.