El cansancio es una sensación subjetiva de falta de motivación y energía física y/o intelectual que puede ser secundario a un esfuerzo físico, al estrés emocional, o la falta de sueño, al aburrimiento, a una alimentación deficiente, a un estilo de vida inadecuado (sedentarismo, consumo de alcohol, exceso de café), a determinados fármacos (antidepresivos, antihistamínicos, corticoides, etc.) o a ciertas enfermedades (anemia, depresión, síndrome de apnea-hipoapnea del sueño, etc.). ¿Qué papel desempeñan las vitaminas del complejo B en el manejo del cansancio?
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Relación entre vitamina B y cansancio
La vitamina C y las vitaminas del complejo B son las principales vitaminas relacionadas con el cansancio.
Las vitaminas del complejo B actúan como cofactores en muchas reacciones del organismo y están relacionadas con el metabolismo energético, con la formación de glóbulos rojos y con el correcto funcionamiento del sistema nervioso, factores todos estos que pueden influir en la sensación de fatiga, además de mejorar la acción del sistema inmunitario, cada vez más relacionado con la fatiga y los problemas mentales.
Las vitaminas del complejo B ayudan al organismo a funcionar correctamente y resultan esenciales para un buen rendimiento físico y mental, al transformar los alimentos ingeridos en la energía necesaria y mejorar el metabolismo.
Veamos, entre todas las funciones que ejercen las vitaminas del complejo B, aquellas que guardan una relación directa o indirecta con la síntesis energética y el manejo del cansancio, y que pueden ayudar a mejorar el rendimiento diario físico y mental.
La vitamina B1 o (tiamina) interviene en la conversión de los hidratos de carbono en energía y es necesaria para un buen funcionamiento de corazón, músculos y sistema nervioso.
La vitamina B2 (riboflavina) participa en la producción de glóbulos rojos; interviene en los procesos de respiración celular y desintoxicación hepática, y, al favorecer la absorción de proteínas, grasas e hidratos de carbono, resulta clave en la transformación de los alimentos en energía.
La vitamina B3 (niacina) interviene en el funcionamiento del aparato digestivo y el sistema nervioso y tiene una función esencial en el metabolismo energético de la célula.
La vitamina B5 (ácido pantetónico) es un nutriente vital para el metabolismo energético y la síntesis de sustancias por el organismo, al actuar sobre el metabolismo de proteínas, hidratos de carbono y grasas. Desempeña un papel clave en la producción de energía a partir de los alimentos, así como en la generación de hormonas y neurotransmisores que contribuyen al bienestar general.
La vitamina B6 (piridoxina) participa en el mantenimiento de una función neurológica normal, en la formación de glóbulos rojos y en la absorción y el metabolismo de las proteínas.
La vitamina B7 (biotina) participa en el metabolismo de proteínas e hidratos de carbono.
La vitamina B9 (ácido fólico) ayuda al organismo a utilizar y crear proteínas y participa en la formación de glóbulos rojos. Por último, la vitamina B12 (cianocobalamina) resulta imprescindible para la formación de glóbulos rojos y para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso central.
Por último, la vitamina B12 (cianocobalamina) resulta imprescindible para la formación de glóbulos rojos y para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso central.
Fatiga y déficit de vitamina B: algunos síntomas relacionados
Aunque suelen utilizarse como sinónimos, el cansancio se define como la falta de energía para llevar a cabo alguna actividad que aparece después de realizar un trabajo físico, intelectual o emocional, y que desaparece con el descanso. Sin embargo, la fatiga es la sensación de cansancio o agotamiento extremos que imposibilita seguir con el trabajo o las tareas cotidianas.
El malestar, el agotamiento, la debilidad, la somnolencia, la apatía, el sueño no reparador, la pérdida de memoria, la falta de concentración, la tristeza, la irritabilidad y los mareos relacionados con los cambios posturales son algunos de los síntomas de la fatiga, manifestaciones clínicas que también están presentes cuando hay un déficit de vitaminas del complejo B.
Así, la falta de vitamina B1 y de vitamina B3 puede causar agotamiento y debilidad, al igual que la vitamina B7, que transforma los alimentos en fuente de energía. Lo mismo sucede con el déficit de vitaminas B2, B6, B9 y/o B12, todas ellas implicadas en la creación de los glóbulos rojos, células de la sangre encargadas de transportar el oxígeno, imprescindible para la obtención de energía celular, al resto del organismo.
La deficiencia de vitaminas B6, B9 y/o B12, además, puede producir fatiga cognitiva, falta de concentración, tristeza e irritabilidad.
Finalmente, la carencia de vitamina B5 puede causar agotamiento, debilidad muscular, trastornos del sueño y falta de resistencia física.