El dolor de espalda tiene un impacto muy negativo en el ámbito laboral. Según los últimos en la población lo ha padecido en algún momento de su vida y supone el 10% de las bajas laborales. Además, es el segundo motivo de consulta en la atención primaria en nuestro país. Para luchar contra este problema, la prevención se muestra como una de las principales claves. Una espalda sana se consigue entre otras cosas con una adecuada higiene postural.
Y teniendo en cuenta el tiempo que nos pasamos en el trabajo, allí es donde podemos observar y corregir buena parte de los hábitos incorrectos que nos pueden acabar ocasionando algún tipo de problema.
Tanto si trabajas en la oficina delante de un ordenador, como si lo haces conduciendo o cargando peso o estando de pie muchas horas, existen toda una serie de consejos que te pueden ayudar a protegerte.
Hay que tener en cuenta que el trabajo es además una situación que puede agravar el estado de nuestra espalda. El estrés que sufrimos es causa suficiente para tensionar toda la zona, causando contracturas, rigidez, dificultad para el descanso y acabar favoreciendo la adopción de malas posturas. Todo eso acaba redundando negativamente en el estado de salud de nuestra espalda y puede acabar motivando que aparezca el dolor con las consecuencias que de él se derivan: más estrés e irritabilidad que provocan que el problema aún se vuelva mayor.
Un círculo vicioso del que se puede salir atajando de raíz el problema y vigilando como nos sentamos, como levantamos pesos o como conducimos. Pequeños gestos que pueden suponer una gran diferencia al final del día. Así que no está de más que vigiles algunas cuestiones que en principio pueden parecer menores, pero que en vista de las horas que nos pasamos en el trabajo y lo repetitivo que este es, al final acaban sumando más en nuestra salud de lo que nos podíamos imaginar.
Así, por ejemplo, si trabajas sentado delante de un ordenador, es necesario por ejemplo que vigiles la altura de la pantalla. Lo adecuado es que la parte superior de ésta esté a la altura de nuestros ojos, para favorecer que la postura de la espalda se mantenga recta y no doblemos nuestro cuello, ni hacia arriba ni hacia abajo. Vigila también que tu espalda esté apoyada en el respaldo, y que los pies estén apoyados plenamente y los codos formen un ángulo recto. Otra cosa a tener en cuenta si trabajas sentado es que no debes pasar mucho tiempo así. Intenta descansar haciendo estiramientos o caminando un poco cada 45 o 60 minutos.
Si tu trabajo es conduciendo, también hay algunos consejos que puedes tener en cuenta para mejorar tu higiene postural. Es importante como siempre mantener la espalda lo más erguida posible. Para eso, has de acercarte al volante lo suficiente como para no tener que colocar la espalda hacia delante. Vigila además que las rodillas queden en contacto con el asiento. Una vez más es importante no conducir muchas horas seguidas. Haz pausas y sal del vehículo a estirar las piernas, aunque sea cinco minutos.
También es importante vigilar otros aspectos, Por ejemplo, al levantar pesos, tienes que flexionar las piernas y mantener la espalda recta. En el caso de tener que mantenerte de pie durante mucho tiempo parado, procura elevar alternativamente los pies sobre un objeto para no cargar demasiado la espalda y que ésta no sufra en exceso. En definitiva, se trata de pequeños consejos que pueden marcar la diferencia al final del día. Son hábitos que ayudarán a que protejas tu espalda
Miguel Ramudo
Content Manager Healthcare