Los pies se encargan de sostener todo nuestro peso. Debemos pensar en nuestro cuerpo como una estructura organizada. Cada una de sus partes se apoya sobre la inferior para alcanzar un equilibrio de fuerzas y cargas. Así, cuando una de las partes no está bien apoyada, afecta al resto del conjunto. Es entonces cuando pueden aparecer lesiones musculares y articulares que ocasionan dolor de espalda. El problema está en nuestros pies ya que sus alteraciones biomecánicas afectan al resto de los elementos.
Por eso es tan importante que, a la hora de comprar calzado, no demos prioridad a la estética sobre la comodidad y seguridad que este nos debe ofrecer. No se trata de renunciar a estar guapos, pero sí de pensar en buscar un equilibrio. Que nos permita lucir bien y cuidar al mismo tiempo de nuestra salud para evitar problemas en el futuro.
Consejos e indicaciones
A la hora de escoger un calzado adecuado para nuestra espalda, nos hemos de fijar en que sean equilibrados, flexibles y cómodos. Un primer consejo por tanto, es buscar un calzado en el que nuestro pie quede bien sujeto y firme. Así se evitará desequilibrios al andar que puedan forzar los músculos de nuestra espalda y ocasionarnos lesiones que acaben produciendo dolor. En este sentido también es recomendable optar por una suela antideslizante que nos ofrezca más seguridad al caminar.
Uno de los más grandes enemigos de nuestra espalda, en lo que se refiere al calzado, son los tacones altos, que pueden acabar ocasionando dolor en la zona lumbar. Modifican nuestra postura natural al obligar al talón a estar en alto mientras que los dedos de los pies se mantienen pegados al suelo. Esto exige que nuestra espalda realice un trabajo extraordinario que puede acabar ocasionándonos problemas. Lo ideal para el cuidado y bienestar de nuestra espalda es el zapato plano. Si quieres optar por un tacón, es recomendable que este no sea superior a los cinco centímetros y que se encuentre bien sujeto, para evitar bamboleos que acaben produciendo lesiones.
Muchas veces el dolor de espalda se produce porque nos vemos obligados a cambiar nuestra forma de andar habitual. Se obliga a los músculos de la espalda a realizar trabajos para los que no están acostumbrados. Y estos cambios en nuestra postura pueden ser debidos a rozaduras y ampollas en los pies, que nos obligan a no caminar como lo hacemos habitualmente para evitar el dolor. Por eso, escoger un zapato cómodo y flexible, que no nos produzca roces, es otro buen consejo.
¿Cómo escoger un buen calzado?
La medida del calzado también es otro aspecto que tenemos que tener muy en cuenta a la hora de escogerlo. Es importante que el pie no quede apretado, para evitar las rozaduras, pero tampoco que quede demasiado suelto. Porque eso ocasionaría inestabilidad al caminar y también nos produciría lesiones en la espalda. Cuando escogemos el calzado, debemos poner atención en que el talón se encuentre bien sujeto, pero que los dedos de los pies no estén apretados y puedan moverse con cierta comodidad.
Tampoco nos debemos obsesionar con la talla. No todos los fabricantes utilizan la misma horma al preparar su calzado y nuestros pies también van cambiando a lo largo de la vida. Así́ que mejor probarse siempre antes los zapatos a la hora de comprarlos. Un consejo: es mejor hacerlo a ultima hora del día ya que es cuando nuestros pies están más cansados e hinchados. Si entonces nos encontramos cómodos, esto nos garantiza que no nos apretarán luego. Y en caso de duda, siempre es mejor optar por un numero mayor.
Una buena estrategia para combatir el dolor de espalda es que un podólogo analice tu pisada. Algunos dolores de espalda están producidos simplemente por una pisada incorrecta. Recuerda que ha de ser el calzado el que se adapte a tu pie, no al revés.
Jordi Martínez, fisioterapeuta
Número de colegiado 5188 del Colegio de Fisioterapeutas de Catalunya